miércoles, 15 de octubre de 2008

Atrapado sin salida









A lo largo de la historia de los premios de la Academia, sólo pocas películas han conseguido un Oscar en las célebres categorías de mejor actor, mejor actriz, mejor guión (adaptado), mejor película y mejor director: Sucedió una noche (1934), de Frank Capra; Atrapado sin salida (1975), de Milos Forman; y El silencio de los inocentes (1991), de Jonathan Demme. La extraordinaria interpretación de Jack Nicholson se tradujo en su primer Oscar como mejor actor.

McMurphy (Jack Nicholson) es acusado de violar a una menor de edad, y cumple una larga condena en prisión, decide fingir locura para apaciguar los ánimos y logra que lo trasladen a una institución siquiátrica. Allí se da cuenta que no apaciguará los ánimos y advierte que sus nuevos compañeros son unos seres sometidos que han olvidado su identidad, que han vuelto a ser niños por la fuerza. McMurphy, el niño rebelde, pone en duda el sistema y la enfermedad mental de los pacientes. Motiva a los resignados hombres a reclamar sus derechos y su independencia, frente a la rigidez de la enfermera Ratched (Louise Fletcher), ‘uno de los antagonistas más odiados en el cine’, una mujer solitaria ávida de pasión, que reta a McMurphy sin mesura.

Terapias de grupo, electrochoques, medicamentos y lobotomías son algunas de las represalias utilizadas por la institución para controlarlos. El destino de los pacientes está en manos de ‘Cheaf’, ‘El Jefe’ (William Sampson), un indígena mudo que bien podría ser autista y McMurphy. Juntos, liberarán el espíritu recogido y se redimirán, volarán sobre el nido del cuco.

Michael Douglas leyó la novela cuando era joven y, desde entonces, mantuvo la obsesión de adaptarla. Su padre Kirk había comprado los derechos del libro y se los concedió dos años antes de producir la película, dirigida por Milos Forman. Ken Kesey, autor de el libro, tomó el título de una canción infantil. En 1962, Kesey, se ofreció como voluntario para una investigación del gobierno con el propósito de determinar los efectos del LSD (ácido alucinógeno que se volvió muy común en los 70’s) y otras drogas que eran ilegales en ese entonces. Ken Kesey, además de escribir Alguien voló sobre el nido del cuco bajo los efectos del LSD, fue un ícono cultural durante los años 60 y 70. Se convirtió en el contacto entre la generación beat y hippie. Antes de huir a Méjico, alcanzó a viajar con sus amigos en un bus sicodélico, promocionando la expansión que traían las drogas y propagando la liberación de los años 60.

El checoslovaco Milos Forman, huérfano de la segunda guerra mundial, también se obsesionó con la historia de Kesey y la llevó a la cumbre. Era su segunda película en E.U. y el reconocimiento fue evidente. Es probable que haya pasado desapercibido con Hair (1979) y Ragtime (1981), pero en 1984 recuperó su fama y pulió su forma particular de adaptar la vida de significativos personajes con Amadeus. Después perfiló a Larry Flynt (El pueblo contra Larry Flynt - 1996), el polémico magnate del porno y Andy Kaufman (El hombre en la Luna - 1999), un comediante atrevido e innovador.

Atrapado sin salida es, sin duda, una película conmovedora y emocionante. Es una historia atemporal, que irá más allá de los años 70s. Así como Milos Forman tuvo que sobrellevar la represión de la segunda guerra mundial, su película, así como su cine, trasciende como una expresión de libertad.