El cubo de Rubik es para muchos el más fascinante juguete inventado, pero para otra gran cantidad de personas es el más frustrante. Se ha hecho correr la leyenda que el Sr. Rubik tenía problemas con el mundo y esa fue su diabólica venganza.
Ernö Rubik fue un escultor y profesor de arquitectura húngaro que inventó el cubo a mediados de los años 70. El cubo estaba configurado por 9 pequeños cuadrados de cada lado, en cada lado estos cuadrados tenían un color diferente, cada línea y cada columna rotaba en cualquier dirección mezclando los colores, la meta era regresar cada lado a su uniformidad de color.
El juego se torno verdaderamente difícil para la mayoría de la gente. Muchas personas con destreza para la matemática y habilidades espaciales después de unas horas, días, semanas o meses terminaban arrojando el cubo contra la pared como señal de su impotencia para resolverlo, algunos vivos se dieron cuenta que las calcomanías de los colores se podían remover y las volvían a pegar en el orden deseado para jactarse con sus amigos.
Podemos concluir que el cubo de Rubik se volvió una obsesión para muchos, niños que pasaron hambre, mascotas que se quedaron sin salir esperando a que su padre o amo respectivamente consiguiera una solución para este difícil reto.
